sábado, 15 de octubre de 2011

Crece actividad de protestantes en el Mezquital

MILENIO HIDALGO

Las religiones protestantes, las iglesias alternativas y los cultos cerrados, son un fenómeno social que ha trastocado a diversas comunidades del Valle del Mezquital, transformando no sólo su entorno familiar sino también sus esquemas de organización.

Los entornos comunitarios con una marcada presencia de población indígena parecen ser los ambientes idóneos para que sistemas religiosos antagónicos al catolicismo fructifiquen, así lo muestran datos oficiales de la Subsecretaria de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado.

Según el estudio, es evidente que el llamado “protestantismo” ha sumado miles de adeptos en años recientes. En el Mezquital se conocen las actividades de la iglesia presbiteriana, bautista, metodista y mormona, como las mayormente reconocidas y con un acervo importante de feligreses.

Los municipios donde la intervención de estas iglesias es determinantes son Ixmiquilpan, Actopan, Tula, Tepeji del Río, y Zimapán, sin olvidar corredores como el de Progreso de Obregón-Mixquiahuala donde un 20 por ciento de la población se han convertido al cristianismo en alguna de sus formas.

Sin embargo, la doctrina evangélica es la más ha penetrado los hogares de esta región, baste recordar las movilizaciones y protestas que han realizado la Unión de Iglesias del Valle del Mezquital, cuyos miembros se han enfrentado con la mayoría católica en distintos poblados, donde los evangélicos sufren persecución.

Sobre las circunstancias que han favorecido esta promoción, se señala que la pobreza y la falta de servicios básicos son las causas de que los pobladores marginados acudan a estas iglesias, ya que al proporcionarles comida, materiales y en algunos casos bonos económicos que ayudan a superar la crisis de estos, las nuevas alternativas de fe, logran arraigar su propuesta, reconocen estudiosos del tema.

“Cuando los hermanos resuelve las necesidades del prójimo que le corresponden al Estado”, precisan lideres protestantes, “es de suponer que hay una ruptura social que deriva en un reconocimiento a la iglesia no sólo como un centro espiritual, sino también como figura política e institución de gestoría”.

En este punto, los pentecostales parecen ser el mejor modelo de comunidad cristiana que se conoce en el Valle del Mezquital. Los templos de los santos de últimos se distinguen por la amplitud y calidad de sus instalaciones, además de un funcional programa de actividades aleatorias a la formación evangélica.

Sin embargo, el método propagandístico de los Testigos de Jehová, ha sido el más eficaz para la propagación de esta iglesia. Sus jornadas de evangelización son famosas en toda la zona, al grado que muchos católicos simpatizan con ellos sin pretender cambiar de religión.

Empero, existen otros templos donde las creencias no pretenden ser fomentadas hacia afuera, sino bien solidificar bases muy estrechas que únicamente atañen a pocas familias que tras la conversión se convierten en clanes religiosos.

Tal es el caso de la Verdadera Iglesia de Cristo, que funciona junto a un establo en la cabecera municipal de Mixquiahuala, que está detectada en la zona.

Claves

Nuevas creencias

• La proliferación del protestantismo ha generado ejemplos deleznables de intolerancia religiosa. Las pugnas entre pobladores de la misma comunidad, distintos a la mayoría católica, han sido victimas de acoso.

• Basta recordar el conflicto que protagonizaron católicos que se opusieron a inhumar los cuerpos de las indígenas evangélicas en años pasados y que fueron enterradas en patios particulares.

• A estas manifestaciones puede agregarse la execrada y clandestina adoración que se celebra a la Santísima Muerte en su lujoso templo de Tepatepec, municipio de Francisco I. Madero.

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