En espera de un líder emergente mundial

Por Ommar Ayala

Cada vez son más los indignados que se manifiestan afuera de las representaciones gubernamentales de todo el mundo en espera de que sus demandas sean atendidas por los oídos sordos de los que dirigen la economía a nivel global.

Es impresionante observar por los medios de comunicación masiva que cada vez son más los que reclaman igualdad y respeto a sus derechos constitucionales, siendo las movilizaciones de millones en reclamos airados y con los mismos argumentos.

Pareciera que las piezas del ajedrez de los poderosos se están acomodando y preparando para la llegada de un líder emergente mundial que pondrá orden en todas las esferas y estructuras de las naciones.

El mes pasado el Vaticano dijo tener la solución a la crisis económica global, según informó la sede oficial en Roma, esto con la creación de un Banco Central Mundial que favorecería a los mercados libres y estables.

Estas declaraciones fueron incluidas en una nota oficial del Pontificio Consejo de la Justicia y de la Paz, titulada “Por una reforma del sistema financiero y monetario internacional en la prospectiva de una autoridad pública de competencia universal”.

Cabe resaltar que el documento subrayó la necesidad del establecer una “autoridad política mundial” que supere las lógicas reduccionistas de los actuales mecanismos de coordinación como el Grupo de los Ocho G-8 o el Grupo de los Veinte G-20.

La lectura que le podemos dar a estos acontecimientos es que el Vaticano tomará las riendas de la economía de todo el globo terráqueo, siendo apoyado por un líder emergente mundial al que todos esperan para la solución de sus problemas.

Con la intervención de los Estados Unidos en Oriente Medio y el derrocamiento de Mubarak, la supuesta muerte de Bin Laden y el asesinato de Muamar Gadafi, todo nos hace ver que se perfila la implementación de un nuevo régimen a nivel global.

Algunos estudiosos en el tema coinciden en que las manecillas del reloj profético de Dios han avanzado en el 2011 y que su regreso por la Iglesia puede ser en cualquier momento.

Sin embargo, la Biblia también nos advierte que todas estas cosas abrían de ocurrir ante el silencio de muchos ministros insensatos que aún sabiéndolo no darían la voz de alarma a su pueblo.

De usted es la decisión de seguir al único y verdadero Dios o quedarse en la tierra a contemplar las atrocidades de quien no tarda en hacer su aparición.

Maranatha!